8.3.06

[Capote y ¡Qué viva Xangó!]

¿Qué por qué prefiero Capote a Brockeback Mountain (léase: Echada allá en el cerro)? Muy fácil. Porque, antes de verla, conocía el trabajo de Philip Seymour Hoffman y eso me daba una garantía de la calidad de la peli. Porque conozco el libro de Capote y me parece magistral. Y porque el guión adaptado es, nada más ni nada menos, que del guapísimo Dan Futterman (el hijo del personaje que hace Robie Williams en La jaula de los pájaros y el protagonista de la bella película Urbania). Por otra parte, los actorsuchos me son desconocidos así como el cuento de la Proulx y, bueno, lo que dijo el adaptador al recibir su Oscar hizo que ganara puntos para conmigo.

Capote me parece excelente: ya lo he dicho, Seymour Hoffman está genial (¡tan sólo igualar esa voz!): la escena en que le da de comer al preso es estremecedora, la profunda depresión en la que se sume Capote cuando los van a ahorcar es tan creíble que se transmite al espectador y la otra escena donde se despide de ellos es para que se le paren los pelos de punta a cualquiera. Creo que la escena donde presencia el ahorcamiento, debió de ser más fuerte y, eso sí lo reclamo firmemente, debieron de hacerle manicure: no creo que Capote anduviera por la vida con esas uñas y esas manos tan asquerosas. Por eso es extraordinaria. No se la pueden perder si no la han visto (para no entrar al rebaño de borregos que van a ver la de las vaqueritas, of course).

*

¡Ay santa Bárbara bendita! ¡Xangó! ¡Xangocito! Apiádate de este pobre hijo tuyo y cúmplele esta, sólo esta te pido. Como dice la canción: ¡Qué viva Xangó!

2 comentarios:

Armando Ayala dijo...

Pues yo soy de los borregos que han visto Brokeback Mountain y en realidad me parece una gran película, si se analiza lejos del nuevo prejuicio de descartar la calidad a partir del número de espectadores.

M dijo...

Vaya, se me escapó por completo el detalle de las manos y las uñas...
No hay que ser...