En un sentido coloquial, así tendría que llamarse en español Brockeback mountain, la película de Ang Lee basada en el cuento del mismo título de Annie Proulx. Sin embargo, aquí le pusieron Secreto en la montaña y la han promocionado con un slogan aún más cursi: “El amor también es una fuerza de la naturaleza” o algo así.
Desde el principio me negué a verla y aún cuando acometo la escritura de estas notas (un día después de los Oscar) no lo he hecho porque mi principal razón no es hablar de la película, sino de las circunstancias que rodearon su tan cacareado estreno.
Todas las expectativas que se crearon antes de su estreno, iniciaron con la obtención de varios Globos de Oro a principios del año (¿cómo premian una película que no se ha estrenado y, por lo tanto, no han visto la mayoría de la gente para opinar al respecto?), fueron creciendo con otras premiaciones que colmaron a sus creadores de estatuillas y en algunas partes (en Estados Unidos y China, principalmente) la censura se hizo presente haciéndole así más promoción hasta que le pusieron un alto en los Oscar: de ocho nominaciones la cinta sólo ganó en tres categorías (Mejor guión adaptado, Mejor música original y Mejor director).
Aquí lo importante no es si Brockeback mountain es la primera o la última cinta que aborda explícitamente el tema de la homosexualidad, importa que es la primera que goza de una gran difusión. Hay infinidad de películas con temática gay mejores o peores que Brockeback mountain (eso no lo sé porque, como he advertido, no la he visto). A ojo de buen cubero, cito las películas que tengo en DVD tal y como están acomodadas dado la temática: El lugar sin límites, Doña Herlinda y su hijo, Maurice, Head on, Satyricon, Velvet Goldmine, Hedwig and the angry inch, Sebastian, Trick, My beutiful laundrette, La virgen de los sicarios, Party Monster, El talentoso señor Ripley, Plata quemada, Pink Flamingos, Kika, Tacones lejanos, Yossi & Jagger, Elephant, Urbania, Bent, Cabaret, A home at the end of the world, Normal, Reyes o reinas, Priscila la reina del desierto, La jaula de las locas, Friends and family, entre muchas otras…
Finalmente, los Oscar me importan un cacahuate pues no garantizan, ni mucho menos, la calidad de una cinta. Pero en las masas su influencia es determinante. Así que si una cinta con contenido homosexual era por primera vez tomada tan en cuenta para premiarse, es porque había que tenerla muy en consideración (en la lógica de los wanna be’s). Sin embargo, se olvidaban que otras dos películas de la misma temática estaban nominadas al Oscar: Capote, cuya actuación magistral de Philip Seymour Hoffman le dio el premio a Mejor actor que indudablemente merecía, y Transamerica, cuya actriz protagoniza a un hombre que se cambia de sexo y que sólo se conformó con la nominación pues no ganó. Eso puede pasar en Estados Unidos y no me parecería extraño (es más, era de esperarse esa reacción pues la cinta ofendía la hombría del conservador pueblo estadounidense al homosexualizar a su estereotipo de hombre: los vaqueros—recuérdese que su presidente es uno de ellos), pero que toda esa visión parcial u obtusa rebase fronteras es en verdad preocupante.
A lo que quiero llegar es a que si una sola película fue merecedora de tanta atención, sólo es posible gracias a la ignorancia que impera en las masas. Es decir, porque no saben o no conocen (o no quieren conocer) todas esas películas que son el antecedente de Brockeback mountain sin las cuales la cinta de Ang Lee no podría haber llegado hasta donde lo hizo (si que es que llegó a algún lado). Eso nos habla ya del conformismo estremecedor que hay en la mediatizada—por no llamarle manipulable—sociedad y, en específico, en la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti, asexual, intersexual, polisexual y lo que se acumule esta semana…
A la mojigata retitulación de la cinta vino, pues, su éxito taquillero basado, hay que decirlo, en un desconocimiento total de lo que ya anteriormente se ha hecho con el tema y con muchos mejores resultados creativos (y no propagandísticos).
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A punto de postear, me enteró que el gran Philip también sale en "Happiness" y claro, nadie se acuerda o empezara a acordarse ahora que ganó el Oscar por su gran actuación de Truman Capote. Con lo cual, reitera que las feas están de moda: la gorda y amariconada le ganó a las bonitas vaqueritas. Esos son talentos y no chingaderas. Y primera vez, los del Oscar se vieron bien.
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1 comentario:
Hay que pensarlo así. "Brokeback Mountain" is also standing in the dicks of giants...
Saludines.
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