20.11.05

[El tema recurrente de estos días]

Platicábamos, mientras comíamos deliciosamente, mi amigísima la Carnation y yo sobre la figura del escritor egocéntrico, le decía yo, le daba ejemplos: la diferencia abismal entre Paz y mi gurú Alatorre. Claro, los dos preferiríamos ser Alatorre. (Quien, deben saberlo ya, con un sólo, magistral y bellísimo libro, Los 1001 años de la lengua española, ingresó al Colegio Nacional el año en que yo nací). A ella la envidian porque, siendo tan discreta como es, tan menudita, tan coqueta, ya publica sus novelas en una transnacional. Y no por la actitud, ella no es publirrelacionista de su persona ni de su obra, si no por la fortaleza y consistencia de esta última.

Otro caso ilustre de estos días fue el poeta chileno Raúl Zurita. Vino a México, una ciudad que él mismo ha confesado es su predilecta, a la presentación de la nueva revista de poesía hispanoamericana, VozOtra. En los tres días que duraron las actividades de presentación Zurita estuvo en la mesa de los tres días de actividades (la reiteración es premeditada). En los tres días Zurita se llevó la tarde, la ovación, se ganó el corazón del público.

Ayer en la noche, mientras cenábamos deliciosamente, cuando le pregunté a Zurita si iba a ir a la Fil de Guadalajara me dijo que no, que él no tenía nada que hacer allí, ese tipo de ferias es para los escritores que se autopromocionan (ojo: yo no voy a autopromocionarme, no tengo nada que publicitar, mi obra es nula, así que voy de corresponsal). No recuerdo que expresión utilizó para describir con precisión esa actitud. No tengo la expresión pero tengo las figuras: Bryce Echenique y Vargas Llosa se llevarán la Feria a diferencia de la persona discreta que serán los poetas Cisneros e Hinostroza.

Zurita, sobre decirlo, es un hombre enjunto, discreto, de maneras suaves, de voz tenúe que no quiere ni pretende llamar la atención. Y que si la llama es por esos extraordinarios versos y por ser el gran ser humano que es.

¡Ah, las diferencias entre la mercadotecnia y la discreción de la obra y la persona!

Obvio, prefiero ser Alatorre, Hinostroza, Zurita... en la actitud, claro, en la obra también quisiera serlo, pero tendría que ser un portento como ellos y apenas ando el camino...

2 comentarios:

M dijo...

Llevas ya trecho recorrido.
Te invito a dilecta soirée el primer sábado de diciembre. ¿Vas?

pablo dijo...

y si elijiéramos ser Pizarnik y arrojarnos por el acantilado o abrasarnos con silencio?

del cuerpo al cuerpo: deseo.

pablo