11.1.05

Todos tenemos sida (primera de dos partes)

El reciente documental francés "Les origines du Sida" (Los orígenes del sida, 2003), es de gran valía ya que refuerza la teoría de que el sida no surgió del cazador, sino de la campaña antipolio a finales de la década de 1950 y principios de 1960 en el Congo Belga, después, Zaire, y hoy República Democrática del Congo. Los creadores de la vacuna antipoliomielitis, en especial el doctor de origen polaco Hilary Koprowski, niegan que para su vacuna hayan utilizado al chimpancé para experimentar la vacuna, sino tejidos renales de distintos macacos de la India y Filipinas.

Apoyados en el libro The river (Penguin, 2000), del periodista inglés Edward Hooper, donde éste había expuesto las contradicciones de los expertos sobre la utilización del chimpancé para los experimentos que dieron como resultado la vacuna antipolio, los documentalistas encuentran que durante la colonia belga en el Congo se autorizó la creación de dicha vacuna en un centro de investigación científica en la capital del Congo y en otro centro ubicado en una población al norte conocida como Lindi. Ahí, gracias a los pigmeos (principales cazadores de chimpancés y, por consiguiente, quienes pudieron haber sido los primeros en infectarse del sida, si la teoría del cazador tuviera veracidad), capturaron más de cien animales de esa especie en los primeros quince días; esos chimpancés fueron operados para extraerles los riñones que a su vez se utilizaron en la fórmula para la vacuna antipolio. Entre 1957 y 1960 (año de la independencia del Congo), se capturaron y mataron a más de 400 chimpancés quienes, después se descubrió, son portadores de un virus al que se le ha llamado Virus de Inmunodeficiencia Simia, virus pariente del VIH, y que pudo haber contaminado la vacuna antipolio si tan sólo un chimpancé hubiera sido portador del SIH.

La vacuna experimental antipolio del doctor Koprowski, conocida como CHAT, fue suministrada a más de un millón de personas en el Congo Belga, Ruanda y Burundi, lugares en los que veinte años más tarde aparecerán los primeros casos de sida, según la oposición de dos mapas: uno donde se hizo la Gran Campaña de Vacunación Antipolio de Ruzizi y la aparición en África de las primeras personas sintomáticas portadoras del VIH.

El documental quizá no tuviera gran relevancia sino mostrara la polémica suscitada por las constantes contradicciones de los reconocidos pero cínicos y arrogantes investigadores y las conjeturas más confiables y racionales de los periodistas tanto del libro como del documental. El biólogo evolucionista Bill Hamilton, quien acompañó al periodista Hooper en su investigación sobre los chimpancés en el Congo, y donde el biólogo se contagió de malaria por la cual murió en marzo de 2000, con gran sensatez había advertido, en una carta a la academia de ciencias de Londres, la Royal Society, que la hegemonía de la industria farmacéutica era un obstáculo para las investigaciones médicas y que era responsabilidad de los científicos dar a conocer los posibles peligros y descubrimientos que podrían acarrearle a la sociedad. Finalmente, decía Hamilton en su carta, en clara referencia a la actitud irresponsable de Koprowski y sus seguidores, la ciencia médica no se preocupa ante la posibilidad de cometer desastres de igual magnitud o mucho peores.

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