Muchas veces me he malviajado por mis amigos, son como mi family ampliada, muy ampliada, y sus cosas me las tomaba como mías y me ocupaba y preocupaba por ellas y ellos (los problemas, claro) y no tenerlos ni sentirlos cerca me ponía mal, muy mal, pero creo que ya es hora de acabar con algunas amistades malvibrosas (iwal yo lo soy y por eso algunos se han alejado de mi) para continuar en esta vida, en fin, que nada me importe, pues como me dijo alguna vez una de esas personitas ahora lejanas, a veces uno se tiene que alejar de ellas o las circunstancias las alejan... así que adiós, adiós, adiós, ya no me lamento ni me importa (y este post es muestra de esa catarcis por la que pasé), allá ellos pues no pienso cargar con sus karmas, con sus carotas y sus no-saludos en el messenger (otra de esas personas me hizo darme cuenta de qué importante es cómo te saluda fulano o zutano en ese medio en apariencia inhumano y ahora ella cae en ese hoyo) cuando todo me está saliendo bien y siento que mi vida vuelve a tener sentido y me encanta salir a las calles soleadas de mi ciudad solo o con verdaderos amigos con los que la paso genial.
Cernuda, siempre Cernuda, lo decía con soberbia pero con excelsa exactitud:
Mozo, bien mozo era, cuando no había brotado
Leyenda alguna, caísteis sobre un libro
Primerizo lo mismo que su autor: yo, mi primer libro.
Algo os ofende, porque sí, en el hombre y su tarea.
¿Mi leyenda dije? Tristes cuentos
Inventados de mí por cuatro amigos
(¿Amigos?), que jamás quisisteis
Ni ocasión buscasteis de ver si acomodaban
A la persona misma así traspuesta.
*
Adiós también al messenger, quien quiera nos vemos en el gtalk... ¡ay! la de maravillas que Google hace para hacernos más vivible esta vida.
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