Ese fue el diagnóstico del médico. Y además me obligó a guardar reposo casi absoluto por, al menos, dos semanas, ni siquiera leer o escribir (o todo lo que implique función cerebral, atención, concentración o demás) (ja! como si utilizara mucho el seso!)
--¡Pero doc, me voy a Tijuana!
--Pues no vayas--fue la sentencia.
Sé que necesito descanso ya, úrgeme, no he parado en meses y todo se ha agudizado desde hace poco más de un mes que regresé al DF; aunque ese "regresar" es un eufemismo porque he ido y venido. El acabose fue la FIL, sin duda. Si no hubiera pasado todo un día con LM charlando, comiendo, en su cuarto de hotel, ahorita me estuvieran enterrando. En fin... Pero tanto así como ni leer ni escribir es ¡too much!.
Seguiré leyendo y escribiendo porque simplemente no puedo dejar de hacerlo, así que sustituiré esas actividades por unas más postergables, evitables, detestables como, por ejemplo, las 3 reuniones del jueves, las 2 del viernes y las 3 del sábado... ¡Qué horror! Detesto la socialité de fin de año, mejor me quedo en mi casa leyendo y escribiendo mi novela.
Ahí se ven.
5.12.06
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3 comentarios:
Mi vida, yo sé lo que es eso desde que me dio el colacso nervioso el año pasado. Descansa, y cuídate. Me saludas a la señora Lexotán, jijiji. Ya sabes que te quiero, verdad? Escríbime que me tienes en el olvido
Nombre pues se ve que debe ser una carga enorme de trabajo la que traías para que pasara eso. Ni modo, así es la vida.
el oso cronopio hiberna cuando así lo cree necesario. por favor búscate otra vez esto de los cronopios y las famas de cortázar. y que conste que no soy fan del búmerang latinoamericano. hay veces en que ni ganas nos dan de contestar el teléfono, sí, me refiero al celular, al móvil.
un abrazo y espero que te mejores.
saludos desde la helada humedad de Tampico.
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