27.7.06

[Contra el estado sionista y la guerra

Los ánimos por la guerra entre Libano e Israel, siguen muy caldeados. Un amigo que sabe de estos asuntos tan espinosos--ya se ha visto--me envió este articulo que creo interesante difundir para ver la esencia del espíritu bélico. Va pues:

Israel debe recordar su origen "terrorista"
JOHANN HARI *

Tzipi Livni, ministra del Exterior israelí, y el primer ministro
Ehud Olmert, hace unos días en Jerusalén. Los padres de ambos
pertenecieron a un grupo terrorista llamado Irgún que operó en las
décadas de los 30 y 40 Foto Ap
Mientras las fuerzas israelíes daban muerte a más de 300 civiles y
expulsaban de su hogar a medio millón de personas en aras de
erradicar el "terrorismo", una pequeña y amarga ironía histórica
pasaba inadvertida la semana pasada en Israel.

Los veteranos de otra organización "terrorista" se reunieron frente
a las narices de las fuerzas israelíes, para celebrar la matanza de
91 personas, entre ellas 28 británicos, en un hotel de Jerusalén.
Recordaron con cariño los días en que plantaban bombas que volaron
en pedazos a civiles en autobuses, mercados y cafés, introduciendo
esas tácticas en el tango de Medio Oriente. Evocaron cuando rodearon
a todos los pobladores de una aldea -251 hombres, mujeres y niños- y
los mataron a balazos. Incluso celebraron la captura de soldados del
bando enemigo a los que mantuvieron en cautiverio durante semanas
hasta que finalmente los colgaron.

Y esta organización terrorista, ¿ha sido castigada con un bombardeo
de la fuerza aérea israelí? Para nada.

El grupo se llamaba el Irgún, y estaba formado por nacionalistas
judíos cuyos hijos ahora forman parte de la elite gobernante
israelí. Durante las décadas de 1930 y 1940 plantó bombas por toda
Palestina, tomando como blancos tanto a soldados británicos como a
civiles palestinos. Tenía dos objetivos: expulsar a los
imperialistas británicos y orillar mediante el terror a la población
palestina a aceptar incondicionalmente la creación de Israel.

Es dudoso que Ehmud Olmert, el primer ministro israelí que ha
declarado la "guerra al terror", llegara a condenar al Irgún. Pasó
tres años de su vida en sus campos de adiestramiento, mientras sus
padres contrabandeaban armas para la organización. Tzipi Living, la
ministra del Exterior a quien muchos consideran la próxima primera
ministra, es hija del director de operaciones militares del Irgún y
orquestador de matanzas de civiles.

Civiles libaneses en sus viviendas devastadas por una ofensiva
israelí en Sidón FOTO Reuters
Mientras la guerra en Líbano pasaba al primer plano de atención la
semana pasada, los combatientes del Irgún sobrevivientes develaron
una placa que marca el 60 aniversario de su decisión de volar el
hotel Rey David. Si Olmert, Livni y el público israelí pudieran
recordar su propia historia familiar de "terrorismo", serían capaces
de ver lo inútiles que son sus actuales campañas militares contra
los "terroristas" en Gaza y Líbano.

Cuando el pueblo israelí carecía de un Estado, una sección de su
población tomó las armas y luchó por tenerlo... a menudo con
tácticas terribles. Algunos incluso tuvieron sueños dementes de
limpieza étnica. El pueblo palestino está exactamente en la misma
situación hoy, alimentada y financiada por Hamas y Hezbollah.

Hace tres veranos conocí, en un frío y austero departamento de Gaza,
a un grupo de jóvenes que se adiestraban para ser atacantes
suicidas. Mientras hablaba con esos jóvenes marinados en rabia, me
estremecía lo conocidas que me sonaban sus palabras. En ese tiempo
leía La revuelta, las memorias de Menajem Begin, el comandante del
Irgún que llegó a ser primer ministro de Israel por el partido
Likud. "La sangre dio vida a nuestra revuelta", escribió. "Sólo
cuando estás preparado a enfrentarte al mismo Zeus para llevar el
fuego a la humanidad podrás alcanzar la revolución del fuego." Los
presuntos asesinos suicidas decían: "Crearemos Palestina a sangre y
fuego. Los judíos sólo entienden la sangre y el fuego".

Olmert y Livni necesitan preguntarse cómo habrían respondido sus
padres, decididos combatientes terroristas, al bombardeo aéreo que
Israel inflige esta semana. Los miembros del Irgún no dejaron de
volar civiles árabes en pedazos porque los aplastaran barcos de
guerra británicos y helicópteros Apache: se detuvieron porque el
mundo les dio un jirón de lo que querían. No todo: ellos querían
toda la tierra que se extiende entre el río Jordán y el
Mediterráneo, pero transigieron para tener un Estado propio dentro
de fronteras más limitadas.

Hamas y Hezbollah no pueden ser silenciados por medios militares.
Puede que este año les destruyan su arsenal de cohetes, pero la
renovada ferocidad de su odio garantizará que lo reconstruyan el año
próximo. No se quedarán observando cómo sus hijos son reducidos a
niveles de desnutrición cercanos a los de Africa, como ha ocurrido
en Gaza, o mientras la tasa de muerte es de 10 a uno en su contra,
como en Líbano.

La única forma de silenciarlos alguna vez será darles algo de lo que
quieren, no todo. Los dos han acordado que si se da una solución
real de dos estados a lo largo de la frontera de 1967, no volverán a
lanzar un disparo hacia Israel. Quieren toda la tierra, limpiada
étnicamente de sus enemigos, tal como los padres de Olmert y Livni
querían hace 60 años... pero se conformarán con menos.

Sin embargo el gobierno israelí no ha elegido esta ruta de decrecer
el conflicto y negociar con el fin de tener dos estados para dos
pueblos en el estrecho jirón de tierra que están condenados a
compartir. Ha elegido la guerra.

Y por eso, de aquí a 60 años, combatientes libaneses y palestinos se
reunirán con orgullo en la ciudad de Gaza y en Beirut para develar
placas en honor de los "terroristas" que mataron y murieron
combatiendo a Israel esta semana. A este ritmo, mientras Medio
Oriente se aleja aún más de la única solución sensata, la ironía
histórica se volverá a perder.

* Dramaturgo y periodista galardonado británico.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sergio:
No hay pueblo sobre la paz de la tierra que no tenga un caso al menos, de atrocidad en su comportamiento. Por más renombrado periodista que sea el autor, no estoy de acuerdo con él. Pero creo que el publicar esto hace que el otro comentario (el infame) cobre más color. Es decir, esboza más claramente tu posición, y aunque te disculpas con Miriam, no parece muy sincero luego de esto último.
Bueno, just a thought...

M dijo...

Pues... habría que definir la legitimidad del Estado israelí antes de zanjar cuestiones...

Sergio dijo...

pues si lo otro no obtuvo respuesta, hay que seguir provocando con estas cosas... no creo que sea tan distante lo que digo de lo que dice este dramaturgo inglés... finalmente estamos hablando del ESTADO DE ISRAEL no de sus habitantes... hay que saber diferenciar ;)... asi es mi estimado mandarino... besos a ambos!!!

stp

Anónimo dijo...

Lo que se necesita es una deconstruccion del termino "Judio" y del termino "israeli"... no todos los judios son israelis, no todos los israelis son judios, no todos los judios apoyan la guerra y no todos los israelis