Por estos días se cumplieron 60 años de la primera publicación del más grande libro infantil del siglo XX: Le petite prince de Antoine de Saint Exupéry. Hace algún tiempo leí, no sé en dónde ni recuerdo de quién eran las líneas, que siempre se ha traducido mal: Le petite prince no es lo mismo que El principito pues lo correcto sería El pequeño príncipe; y creo que tenía razón en puntualizar eso. Pero bueno, son tantos los años que se ha traducido de esa manera que es casi imposible quitar ese atavismo--por llamarlo de alguna manera-- y, también, uno siempre se andará quejando el resto de sus días por las traducciones.
Leí Le petite prince en la edición de Editores Mexicanos Unidos allá por 1993 (¡tenías 12 mocosos años!): en las vacaciones de verano que fueron las de mi salida de la primaria y la entrada a la secundaria y que fueron las peores de mi vida pues las pasé postrado en cama padeciendo la varicela. Es por eso que tenía que encontrar cualquier cosa para no pasar tan aburridas las largas horas encerrado en casa. Así, un día mi padre me trajo ese librito y lo devoré en un par de días.
La experiencia fue extremadamente grata, tanto que por mucho tiempo me inventé un amigo imaginario que vivía en una caja de zapatos debajo de mi cama. Después de su lectura, quise más libros como ese pero, ¡oh sorpresa!, no los hubo y aún hoy dudo que los haya. Si alguna vez gusté tanto de ser niño fue leyendo Le petite prince. Ahora, los niños, esos terroristas aliados de Bin Laden, pasan sus enfermedades frente al televisor estupidizándose más con caricaturas que aunque parecen inocentes son de una violencia extrema que, en lo particular, me sobresalta. A mí, el librito de Saint Expuéry me ayudó mucho a pasar la estricta temporada de cuarentena que se requiere cuando a uno le salen hasta en el culo las ronchas esas.
Un par de años después regalé el librito: a mi mejor amigo de la secundaria--del cual, dicho sea de paso, estaba perdidamente enamorado--quien se recuperaba de un esguince en el tobillo por jugar fútbol. No tengo la certeza de que lo haya leído y de que le haya cambiado la vida como a mí--junto con otros libros fue el detonante para que me volviera un ávido lector y ahora, para mi desgracia, prospecto de escritor. Lo único cierto es que no recuperé mi libro y desde entonces carezco de uno. Recuerdo bien que a pesar de ser la edición de Editores Mexicanos Unidos (una editorial mas bien muy pinche), éste estaba bien editado, con los legendarios dibujos, buena letra, buen papel y, en general, no estaba tan chafa. Estos días que he buscado en varias librerías Le petite prince, para así reponerlo después de tantos años y volver a leerlo, me he encontrado con infinidad de ediciones pero todas muy feas, muy mal editadas, otras son didácticas (con cuestionarios sobre la obra al final) y generalmente muy feas. Sólo una me encantó, pero cuesta más de 500 pesos, lujo que no me puedo dar. Lástima, seguiré buscando. (En Google he encontrado una versión--sin los dibujos--, así que no hay nada como tenerlo en materia y ser y que esté en un lugar especial de un librero).
Hipócrita lector, lectora, lectore: ¿Cómo fue o ha sido su experiencia al leer esta obra maestra de la literatura infantil?
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Suena esta rola.
13.4.06
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4 comentarios:
definitivamente deberían sólo hacer ediciones con los dibujos..
mmm pues lo leí en francés, en mi "alta adolescencia"... me costó algo así como 0.70€ y desde entonces colecciono ediciones en diversos idiomas. Las más queridas: esa primera en francés y una en latín.
Mi querido Sergio:
Leí la edición de Editores Mexicanos Unidos, de pequeño... me la regalaron en una Feria Infantil del Libro, un ejemplar de cortesía. Echo en falta los colores. Es una obra soberbia.
BTW... Cerati en su disco sinfónico se ve súper cute en el traje de pequeño príncipe... opinad.
es "le petit prince"
"petite" es femenino.
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