19.7.05

Eternal sunshine of spotless mind

El corazón es más fuerte que la mente

El amor es más fuerte que los recuerdos

Excelente; y eso que odio a Jim Carrey...

16.7.05

Días como agujas

Estoy tan solo, amor, que a mi cuarto
Sólo sube, peldaño tras peldaño,
La vieja escalera que traquea.

Juan Manuel Roca. Cantar de lejanía. Colombia. Fondo de Cultura Económica. 2005.

15.7.05

Se los dije...

No me gustaría decirlo, pero lo voy a decir: "Se los dije, el metro de esta ciudad es un fiasco y ayer dio la noticia". Vean lo que pasó aquí.

A mí no me culpen, yo no voté por el Peje.

14.7.05

A mí, no me cumplió

El metro de esta posapocalíptica ciudad de México está infestado de la propaganda que, a un mes de que el Peje de Gobierno deje el puesto para lanzarse para La Grande, está dedicada a ensalzar los "logros" de la administración lopezobradorista. Bajo el slogan "A mí, me cumplió", se informa que el Peje ha ayudado a los viejitos, a las madres solteras, a los micro y pequeños empresarios (¡y se queja de la changarrización de Fox!), hacer parecer a esta ciudad como si la hubieran bombardeado con obras del segundo piso en periférico, el distribuidor vial en Zaragoza, el remozamiento de todo Reforma, la tala indiscriminada de árboles para poner su fracaso mayor: el Metrobús, etc.

A mí, en cambio, no me ha cumplido. He aquí los 4 puntos que le sigo reclamando.

1. El metro es cada vez peor. Yo que leo en el metro, en la línea 3 va uno en tinieblas, está cada vez más sucio, se para más entre estaciones, e incluso, en el tunel como si ahí fuera la parada, y por si fuera poco, una vez me toco un chispazo horrible que ya me hacía muerto ahí. La tarifa no ha subido desde que Chayito Robles dejó la administración, así que el mantenimiento y las instalaciones todas están en ruinas. Y aunque los trabajadores del metro hicieron su campaña "Segundos pisos no, Metro sí", el Peje se hizo de la vista gorda y siguió con la construcción de los segundos pisos. El señor AMLO prometió gobernar para los pobres: los pobres no vivimos al poniente de la ciudad ni utilizamos auto, si no el Metro. Finalmente, se tenía pensado construir una línea más sobre el eje 8 sur que iría de Barranca del muerto hasta Iztapalapa, en su lugar, se informó hace poco, se construirá, sí señor, un Metrobús.

2. Su política cultural, lo dijo hace no mucho JEP, consiste en llevar a los artistuchos de Televisa y Tv Azteca al Zócalo. Aunque transformó el que era el Instituto de Cultura de la Ciudad de México, en Secretaría de Cultura, le quitó más de la mitad de su presupuesto y sus actividades se redujeron a la nada. Sacó vilmente del puesto a Alejandro Aura y en su lugar puso al gris Enrique Semo, éste se fue y se nombró a la actual, una mujer que nada sabe ni relación alguna tiene con la cultura. Así las cosas en este ámbito...

3. El Peje fue el único responsable de que se abortara la que yo llamo, Ley de Suciedades de Conveniencia. Aunque yo estoy en contra por razones que no vienen al caso, otra cosa es que el mocho del Peje la aborte, gracias a su moches (¡qué paradoja que tan buena!), y se eche a la basura todo el trabajo y el consenso que ya se tenía para aprobarla inmediatamente.

4 y última: Si mal no recuerdo prometió crear el Instituto de la Juventud de la Ciudad de México y no lo ha hecho, la oficina para atención a la juventud sigue dependiento de la Secretaría de Desarrollo Social y el Instituto, bien gracias, en la congeladora.

Y como muy seguramente va a ganar la presidencia en el 2006, precisamente por eso no votaré por él. A mí no me cumplió.

13.7.05

Memorabilia

Siempre he dicho que mi biblioteca más bien es una hemeroteca, porque tengo más publicaciones periódicas (periódicos (recortes, suplementos culturales y memorabilia en general) y revistas de todo tipo) que libros.

Ahora que tuve un dinerito extra me compré el número 3 de Replicante que apenas voy devorando y me va gustando mucho ese tono irreverente, chingativo, sarcástico, de un hmor cáustico que pocas publicaciones se dan el lujo de incluir en sus soporíferas páginas. Y aunque le exigí al tonto dependiente del Sanborn´s que me buscara la revista Crítica de la BUAP (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla), no la encontró y me quedo con las ganas de leerla y tenerla en mi colección.

Esta última es, sin duda, la mejor revista que circula actualmente en el país, después le siguen Alforja, Replicante, La Tempestad y las demás son lo de menos...

12.7.05

Más música

Ahora escucho una joyita kitsch: "Ne me quitte pas" interpretada por Yuri Buenaventura.

¡¡¡Ay pero qué rolon!!!

Música para ayudar

Si a usté, querido lector, lectora, lectore, le gusta la buena música, seguramente escuchará el nuevo CD de Nortec, pero si además de escuchar unas buenas rolas quiere ayudar a combatir el sida en el continente africano, clickeele aquí.

*

Ya ando de nuevo por estos lares. Pronto estos fragmentos se acabarán y pasaremos a otra cosa más interesante. Hasta entonces.

9.7.05

Librando batallas

Con el libro Hay batallas, la poeta María Rivera (Ciudad de México, 1971) ganó este año el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, el de mayor prestigio en el país no sólo por el respaldo económico a que es acreedor el ganador, sino por la larga tradición del premio y por la honrosa lista de nombres de quienes lo han recibido.

En este, su segundo libro de poemas, la aguerrida poeta María Rivera quiere dejar un fiel testimonio de sus heroicos avatares, auxiliada por la palabra escrita: “atada al potro del lenguaje”. Hay, también, un elemento obsesivo en cada uno de los versos de este poemario: el Tiempo. Se pregunta, por ejemplo, “qué somos en la rueda del tiempo”, más adelante describe a la palabra como la “espina en la espina meduar del tiempo” o cuando la poeta pide: “No me dejes sola cuando caiga / en la noche la lágrima del tiempo”. Finalmente, en el momento más doloroso, en el momento en que se cree que se puede reemprender el camino, dice: “estábamos / amargos y oscuros / sobre el caballo del tiempo”. Ante la embestida del tiempo, queda la escritura: la palabra como único elemento contra esa otra condena del tiempo: el olvido (“qué río más hondo el del olvido”). Rivera sabe bien que para no olvidar, para exorcizar el dolor, hay que escribir. Sólo así se podrá comprender el tono apesadumbrado de Hay batallas.

Estas batallas, “fueron mías todas las derrotas”, se diferencian de las emprendidas en su primer poemario, Traslación de dominio (Tierra Adentro, 2000), pues mientras éste es un memorial de una conflictiva pasión amorosa, en el que nos ocupa la poética da un giro hacia las dolorosas batallas de la vida (la amistad, la enfermedad, la muerte, etc). Los libros son distintos por las terribles circunstancias que la autora ha vivido entre la publicación de uno y otro. Por ejemplo, en el poema “Estábamos en eso de salvarnos”, uno de los más relevantes de Hay batallas, es donde Rivera alza infructuosamente su grito de ayuda y la salvación que no llega: “Tú no me veías / zozobrando”, le dice ¿a quién? Cumplidas, o no, ahí están las hazañas. Por eso, cuando su amigo el poeta Luigi Amara le pregunta por qué no escribe un poema feliz, Rivera le contesta en el poema “Respuesta”:

No tengo corazón para las cosas
felices de este mundo:
no me alcanza el corazón para la risa,
ni el ojo para el ave,
ni la mano para la gota.

Finalmente, "Caída" es un poema premonitorio, está dedicado al poeta Luis Ignacio Helguera (1962-2003) quien lo leyó poco antes de morir, precisamente, al caer las escaleras del edificio en el que vivía. En este poema, Rivera lleva la amistad a un plano hondamente catastrófico. Las alegrías y las desventuras que vivieron juntos son expuestos con palabras desgarradoras. Después de los inmejorables tiempos, vino el hecho fatal: “Yo quiero que te quedes: / aquí. / No / allí / sobre el lomo / de la ola en que dormitas”, que recuerda a Paz describiendo a su padre “atado al potro del alcohol” en "Pasado en claro". En el fondo de ese abismo que es el alcoholismo, ella quiere salvarlo (“yo quiero decirte esto: / que te quedes, que yo quiero quedarme / a cantar / estas preguntas, / meras cavilaciones”) pero lamentablemente falla en su intento: “Caigo / en este momento / contigo.” La batalla se ha perdido y, sin embargo, queda la poesía para la salud mental y expiación de las promesas.

De tal manera que las batallas libradas en estas páginas confirman a su autora como una de las voces poéticas más relevantes de la actualidad y, por lo tanto, el Aguascalientes es un merecido premio. Este bien pudo haberse llamado el Libro del desasosiego, pero ya Pessoa tituló uno de sus libros así. Aún así, Hay batallas es el libro del desasosiego que le faltaba a la poesía mexicana. Eso, de ninguna manera, se consigue fácilmente.

7.7.05

Lezama Lima sobre la pobreza

En estos momentos de crisis severa (o al menos personalmente), estas palabras de Lezama Lima, el gran gordo habanero, resuenan hondo:

Desde los espejuelos modestos de Varela, hasta la levita de las oraciones solemnes de Martí, todos nuestros hombres esenciales fueron hombres pobres. Claro que hubo hombre ricos en el siglos XIX que participaron del proceso ascensional de la nación. Pero comenzaron por quemar su riqueza, por morirse en el destierro, por dar en toda la extensión de sus campiñas un campanazo que volvía a la pobreza más esencial, a perderse en el bosque, a lo errante, a la lejanía, a comenzar de nuevo en forma primigenia y desnuda. Sentirse más pobre es penetrar en lo desconocido, donde la certeza consejera se extinguió, donde el hallazgo de una luz o de una vacilante intuición se paga con la muerte y la desolación primera. Ser más pobre es estar rodeado por el milagro, es precisar el animismo de cada forma; es la espera, hasta que se hace creadora, de la distancia de las cosas.

Según Lezama Lima, los dondes del espíritu son inversamente proporcionales a los dones pecuniarios, o sea, al despojarse de uno de los miembros de la fórmula para alcanzar abundancia en el otro. ¿Será?