Hace algún tiempo, un amigo que estudia Letras inglesas me dio, punto por punto, las razones por las cuales no le gusta la literatura latinoamericana: es tan enredada, busca siempre ser exótica a base de lenguaje y trama y estilo y, lo principal, según él, en el lenguaje siempre tienen que utilizar expresiones coloquiales, incluso las groserías.
Aunque era exagerado y extremista esa visión, en algún punto tenía razón. Él la comparó con la literatura en lengua inglesa, que estudia y lee, y después me dijo que nunca ningún escritor latinoamericano llegaría a emular siquiera a uno de sus autores predilectos, Kazuo Ishiguro. Lo mismo pudo haberla comparado con Mc Ewan, o Amis o Swift o Banville, pero él quiso hacerlo con Ishiguro, a quien yo no he leído. Pero he leído a los otros y puedo entender, hasta cierto punto, a lo que se refiere. Tampoco soy (y mi amigo no intentaba serlo deliberadamente) un admirador ciego de la literatura inglesa y no sostengo que sólo allá se estén haciendo las mejores cosas actualmente como, creo, lo hacen Mauricio Salvador y Daniel Espartaco y otros wannabes. Mi amigo, por el contrario, me preguntó qué autor latinoamericano debía leer según mi parecer y no dudé al decirle que a Martín Luis Guzmán.
Todo esto viene a colasión porque me parece que la novela de Daniel Sada, Casi nunca, ganadora del premio Herralde de Novela, entraría completamente en esa categoría de literatura latinoamericana que mi amigo desprecia. En efecto, la novela de Sada es enredosa, absolutamente barroca y de un lenguaje sí rico, pero soooo latinoamerican que da una gueva infinita seguirle el paso. Tiene una prolongación de oraciones que tiene que estar todo el tiempo solucionando con más y más y más cosas enredadas en un lenguaje barroco y sí, para desgracia de mi amigo, con groserías y majaderías y sinónimos de ésto por aquel primero que quiere referirse al décimo tercer tal y no sé qué.
Y para mí la novela de Sada tiene otra cosa aún más detestable: ¡está escrita en tercera persona! A estas alturas de la vida, simplemente ya no soporto las novelas en tercera persona. Esos narradores omniscientes tan del siglo XIX, ¿pero es que no conocen otra forma de contar una historia estos narradores dizque contemporáneos? Es tan repugnante ese tipo de narración como el plural mayestático de los críticos: "decimos, creemos, pensamos". ¿"Decimos, creemos, pensamos" quiénes? ¿Qué acaso no es él el que sostiene sus tesis como para decir algo tan sencillo como "digo, creo, pienso"?
En fin, ya se sabe que los premios están amarrados desde antes y eso no es excepción del Herralde: un agente literario le dijo a alguien --quien luego me lo contó-- que cuando iba a ganarlo Villoro le dijo algo así como: "Este año lo ganará un autor mexicano que sabe mucho de futbol". Y de Sada se dijo que él ya quería expandirse, salir de México luego de que sus editoriales no lo publicaran en España y el resto de Latinoamerica ni porque eran transnacionales como Tusquets y Planeta. Pero el escándo del premio Herralde más reciente no recae sobre Sada sino sobre uno de sus finalistas. Pronto lo sabrán.
Todo esto viene a colasión porque me parece que la novela de Daniel Sada, Casi nunca, ganadora del premio Herralde de Novela, entraría completamente en esa categoría de literatura latinoamericana que mi amigo desprecia. En efecto, la novela de Sada es enredosa, absolutamente barroca y de un lenguaje sí rico, pero soooo latinoamerican que da una gueva infinita seguirle el paso. Tiene una prolongación de oraciones que tiene que estar todo el tiempo solucionando con más y más y más cosas enredadas en un lenguaje barroco y sí, para desgracia de mi amigo, con groserías y majaderías y sinónimos de ésto por aquel primero que quiere referirse al décimo tercer tal y no sé qué.
Y para mí la novela de Sada tiene otra cosa aún más detestable: ¡está escrita en tercera persona! A estas alturas de la vida, simplemente ya no soporto las novelas en tercera persona. Esos narradores omniscientes tan del siglo XIX, ¿pero es que no conocen otra forma de contar una historia estos narradores dizque contemporáneos? Es tan repugnante ese tipo de narración como el plural mayestático de los críticos: "decimos, creemos, pensamos". ¿"Decimos, creemos, pensamos" quiénes? ¿Qué acaso no es él el que sostiene sus tesis como para decir algo tan sencillo como "digo, creo, pienso"?
En fin, ya se sabe que los premios están amarrados desde antes y eso no es excepción del Herralde: un agente literario le dijo a alguien --quien luego me lo contó-- que cuando iba a ganarlo Villoro le dijo algo así como: "Este año lo ganará un autor mexicano que sabe mucho de futbol". Y de Sada se dijo que él ya quería expandirse, salir de México luego de que sus editoriales no lo publicaran en España y el resto de Latinoamerica ni porque eran transnacionales como Tusquets y Planeta. Pero el escándo del premio Herralde más reciente no recae sobre Sada sino sobre uno de sus finalistas. Pronto lo sabrán.
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Y la poesía no se queda atrás. Esa poesía sooo latinoamerican (nacida de Deniz y Milán) que es de una gueba infinita. Mi amiwi Arturo Ramírez Lara lo ha dicho bien en su blog en un post chistoso pero, como le digo, entre risas y burlas salen las veras... tanto que ya se sintió ofendido uno y hasta usa a otro que recién publicó un texto en cierta revista para autodefenderse. A esa poesía latinoamericana hace referencia Víctor Manuel Mendiola en su reseña de este mes en Nexos. A veces es difícil no coincidir con Mendiola en casos como estos.
3 comentarios:
Uy, me gustó mucho tu post, coincido y no con tu amigo. Seguro que ya está harto de mirar hacia adentro y por eso mira hacia fuera. Me pregunto qué pensará un inglés que ha leído a todos Banville Ishiguro, Amis y el resto. Seguramente le encantará Casi Nunca de Sada. Quién sabe. Recién leí Electricidad de Ray Robison y parece que la hubiera escrito un británico aficionado a la litearatura latinoamericana. En cuanto a escribir novelas en tercera persona pienso que es más facil escribirlas en primera persona. No digo que sea mejor o pero, pero es más sencillo, dicen los que saben. Y yo no sé. Ya para acabar, me quedé intrigadísimo con lo que comentaste de uno de los finalistas del Herralde, ¡quién será? TM, que dicho sea de paso escribió su novela en primera persona y sólo dice bla,bla,bla,bla,bla,bla,bla,bla.
Saludos
Está totalmente equivocado tu querido amigo, Sergio.
En realidad existen escritores sin tener la necesidad de llegar a la vulgaridad. Daniel Sada no es toda esa diversidad de mundos que se encuentran tan sólo en México.
Eso de los premios quién no lo sabe; y lo peor del caso es que muchos lectores se afinan a estos pedazos de obras fatalistas, y piensan que las demás no son tan buenas por no haber ganado algún premio con peso.
En fin, tenemos escritores verdaderamente sorprendentes y sobre todo, verdaderamente escritores...
Saludos
Interesante discusión, espero que pronto haya más blogs latinos dispuestos a tenerla. Deberías ahondar, quizá también considerar a los escritores contemporaneos sajones... Palahniuk, Foster, Toole... Creo firmemente que si la literatura latinoamericana dejara el canón de García Márquez y adoptara el Canon de Borges nos iría mucho mejor.
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