A estas alturas ya todo mundo sabe que Doris Lessing es la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2007. Me entero de todo por el blog de Iván Thays que, para quienes no tenemos mucho tiempo para leer todo, hace las veces de un resumen ejecutivo de todo lo que sucede en el ambientillo literario de todo el mundo.
Así que no abundaré mucho, sólo diré un par de cosas que llaman mi atención: para empezar, la gran expectación que año tras año suscita el premio, esto ha llegado a un grado tal que es realmente impresionante pues emula más a una campaña mercadológica de un producto muy ansiado y esperado que a un premio literario (tomando en cuenta que la literatura, según se dice y se repite, nunca interesa a más de un puñado). Lamento que el propio Thays caiga en este juego tan insultante.
Luego, ¿por qué tanto escándalo por el Nobel de Literatura? ¿Por qué ese afán por presumir "lo dije yo primero" o "yo le atiné"? Esto último es totalmente impredecible, nadie puede asegurar nada, nadie tiene certezas de nada. Finalmente, como lo dice la propia Lessing, ella que ha ganado todos los premios habidos y por haber en Europa, este es "el premio más glamouroso, porque todo el mundo lo conoce, pero esto no quiere decir que sea el mejor".
En las declaraciones que Thays pepena, hay un par que llaman mi atención porque se dirigen directamente contra Elfriede Jelinek, al decir que ella desprestigió el premio y que ahora empieza su reivindicación premiando a grandes con grandes obras. Nada más falso y estúpido. Si se otorgó un premio por entero político a Orham Pamuk, ¿por qué no, y por la misma razón a Jelinek? Pero no sólo por eso, la de Jelinek es una literatura apabullante, enteramente humana, de un lenguaje devastador, riquísima ideológica, lingüística y literariamente. Jelinek le dio un prestigio a un premio que ha premiado a bodrios como Jacinto Benavente, Camilo José Cela, Octavio Paz o Gao Xingjian. Sólo Jelinek, y acaso Susan Sontag, son tan valientes para decir lo que nadie dice en estos tiempos de hipocrecia y de todo lo políticamente correcto. (Léase, si no, ese libro genial, maravilloso y shokeante llamado Bambilandia.)
Otra cosa que reclaman es la falta de mujeres premiadas con el Nobel. Recuerdo a Eve Gil haciendo su recuento de mujeres y, si mal no recuerdo, contando a Lessing, llegan a 10. Esto es igual de absurdo como pensar que el Nobel debe fluctuar por regiones o por lenguas, que si este año lo ganó un asiático en lengua portuguesa el próximo deba ganarlo un colombiano en lengua alemana, o que ya van dos seguidos en inglés (Pinter y ahora Lessing) y que por eso ya no se lo pueden dar a Roth quien, sin embargo, lo merece porque USA lleva 12 años sin recibirlo.
Pero quizá la más absurda de las declaraciones, la más tonta e inverrosímil, sin duda, es la de Harold Bloom, ¡faltaba más! Dice que fue una decisión "pure political correctness"... ¡lo dice él que es el padre del conservadurismo en la crítica! ¡la crítica canónica objetando lo que es políticamente correcto! ¡Qué bárbaro!, esta vez no se midió.
Finalmente, bajo este ambiente de efervensencia por el Nobel, apareció el número de octubre de Letr[in]as Libres dedicado por entero a Vargas Llosa, ¿en verdad creían que iba a ganar el Nobel? (Si no, de qué otra manera justifican el número monográfico).
Bueno, las feminazis estarán felices con Doris Lessing como premio Nobel de Literatura 2007.
Luego, ¿por qué tanto escándalo por el Nobel de Literatura? ¿Por qué ese afán por presumir "lo dije yo primero" o "yo le atiné"? Esto último es totalmente impredecible, nadie puede asegurar nada, nadie tiene certezas de nada. Finalmente, como lo dice la propia Lessing, ella que ha ganado todos los premios habidos y por haber en Europa, este es "el premio más glamouroso, porque todo el mundo lo conoce, pero esto no quiere decir que sea el mejor".
En las declaraciones que Thays pepena, hay un par que llaman mi atención porque se dirigen directamente contra Elfriede Jelinek, al decir que ella desprestigió el premio y que ahora empieza su reivindicación premiando a grandes con grandes obras. Nada más falso y estúpido. Si se otorgó un premio por entero político a Orham Pamuk, ¿por qué no, y por la misma razón a Jelinek? Pero no sólo por eso, la de Jelinek es una literatura apabullante, enteramente humana, de un lenguaje devastador, riquísima ideológica, lingüística y literariamente. Jelinek le dio un prestigio a un premio que ha premiado a bodrios como Jacinto Benavente, Camilo José Cela, Octavio Paz o Gao Xingjian. Sólo Jelinek, y acaso Susan Sontag, son tan valientes para decir lo que nadie dice en estos tiempos de hipocrecia y de todo lo políticamente correcto. (Léase, si no, ese libro genial, maravilloso y shokeante llamado Bambilandia.)
Otra cosa que reclaman es la falta de mujeres premiadas con el Nobel. Recuerdo a Eve Gil haciendo su recuento de mujeres y, si mal no recuerdo, contando a Lessing, llegan a 10. Esto es igual de absurdo como pensar que el Nobel debe fluctuar por regiones o por lenguas, que si este año lo ganó un asiático en lengua portuguesa el próximo deba ganarlo un colombiano en lengua alemana, o que ya van dos seguidos en inglés (Pinter y ahora Lessing) y que por eso ya no se lo pueden dar a Roth quien, sin embargo, lo merece porque USA lleva 12 años sin recibirlo.
Pero quizá la más absurda de las declaraciones, la más tonta e inverrosímil, sin duda, es la de Harold Bloom, ¡faltaba más! Dice que fue una decisión "pure political correctness"... ¡lo dice él que es el padre del conservadurismo en la crítica! ¡la crítica canónica objetando lo que es políticamente correcto! ¡Qué bárbaro!, esta vez no se midió.
Finalmente, bajo este ambiente de efervensencia por el Nobel, apareció el número de octubre de Letr[in]as Libres dedicado por entero a Vargas Llosa, ¿en verdad creían que iba a ganar el Nobel? (Si no, de qué otra manera justifican el número monográfico).
Bueno, las feminazis estarán felices con Doris Lessing como premio Nobel de Literatura 2007.
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