*El castillo blanco, de Orham Pamuk.
*Deseo, de Elfriede Jelinek.
*Pelando la cebolla, de Günter Grass. (¡Ayer me llegó!)
*
Le cuento a L. que me llevo esa novela-tabique de Bolaño para leer un poco más de su obra y así poder develar el mito Bolaño con mejores argumentos, pero él, lucidísimo, me dice que empezó a leer "una novela de Bolaño (se llama, creo, Los detectives salvajes), pero se me cayó de las manos: preferí demoler el mito de Bolaño sin tener que leerla toda".
2 comentarios:
ay téllez-pon, ya deja la farándula.
je, sigue en la farándula que siempre estimula.
Ya van varios que recomiendan esa novela de Gunter Grass... me lo pensaré.
Saludos!
Sergio.
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