11.11.05

[Niño Anagrama]

No soy niño Anagrama (como lo calificaron unos amigos ayer por la noche), es decir, que no leo todo cuanto saca esa editorial barcelonesa. Es más, no creo ser niño de ninguna editorial, si acaso, del Fondo de Cultura Económica, pero ni eso; simplemente leo cuanto me interesa sin figarme en la editorial (a veces sí, pero por el precio del libro, ja!). Pero hay quienes sí lo son (sé de muschísimos) y leen todas las novedades que Anagrama saca cada tres meses.

A mí la verdad, no me parece una gran editorial, sí, quizá, tienen un gran catálogo pero no todo se consigue y la postura siempre de supuesta editorial independiente no se las creo quizá por la arrogancia de su director que me es repulsiva. Además, en especial su colección Panorama de narrativas me parece la peor. Sus traducciones son infames, las hacen de una sentada y no las corrigen antes de enviarlas a la imprenta.

Así lo confirman recientemente Iván Thays en su blog al criticar la traducción de Jaime Zulaika a "Sábado" del inglés McEwan y el suplemento Arena corrigió las frases echas en el fragmento de la misma novela que publicó esta semana. En particular, Zulaika ha destrozados las novelas de mi idolatrado David Leavitt, autor casi exclusivo de Anagrama.

Hace muchos años un amigo se quejaba de lo mismo, pero la verdad yo era un enquencle que no se fijaba en esas cosas, pero ahora, con el paso de los años las cosas han cambiado y la verdad sí es muy molesto leer las traducciones de Anagrama (y no me refiero solamente a los localismos como "gilipollas", etc... sino en esas palabras inadecuadas--como lo hace notar Thays-- y en expresiones difíciles de traducir al español y que ellos traducen literalmente--como me he fijado pues Leavitt las utiliza muchísimas veces dado que así nos comunicamos en el argot gay).

El problema, creo, es ese: la exclusividad. Si Leavitt no sólo fuera publicado por Anagrama quizá cada país podría hacer su traducción y su edición y leerlo confortablemente. Así pasa con muchísimos autores clásicos. Habrá que esperar, sin embargo, a que Anagrama pierda los derechos de traducción y edición de las obras de Leavitt (o que este muera) para leerlo como Dios manda.

3 comentarios:

M dijo...

Una vez más, el problema son los derechos de propiedad... Horror. Ya basta: quiero los libros en su idioma original. Y no es por odio al castillá, pero muchas obras son bodrios en nuestra humilde lengua.
Un abrazo,
Manuel, deine Medea
P. D. Encargo a mi Penélope que me presente algún niño anagrama, si no es mucha molestia...

M dijo...

(Entiéndase: amo el español sobre todas las demás lenguas; odio acérrimo contra las malas traducciones)

Anónimo dijo...

"y el suplemento Arena corrigió las frases echas en el fragmento"

anda ya! aprende a escribir colega antes de criticar.