16.5.05

Nahuatlatos en el metro

Hoy se subieron al metro tres niños casi adolescentes: descalzos, vistiendo ropas andragosas, no bañados y, lo que más llamó la atención de todos los que íbamos en el vagón (prácticamente todos los mirábamos), es que hablaban náhuatl (o yo supongo que era náhuatl, aunque pudo haber sido cualquier otro dialecto).

Ellos, como niños-adolescentes que eran, iban jugando y hablaban sin ningún problema su dialecto. (La única palabra que les oí decir en un español nahuatlizado fue "pendejo"). Así, jugando y olvidándose de su entorno, de la hegemonia de hispanoparlantes que íbamos en el vagon, los niños-adolescentes (yo creo, y estoy casi seguro), con su idioma, nos hicieron sentir a los demás los extraños, los excluidos.

Yo tuve que cerrar mi libro en señal de su victoria.

2 comentarios:

nacho dijo...

Bueno, aquí en tu texto pareciera que el náhuatl y los harapos son sinónimos. La perspectiva de mantener digamos aisladas a las comunidades precolombinas que subsisten, fue un rollo que consolidó el desarrollismo alemanista y que luego el populismo institucionalizó; ahora el neoliberalismo busca redimir la pobreza extrema en medio de desplantes discriminatorios como el del güerito Vicente Fox. Je, saludos.

Sergio dijo...

No, nunca en mi ennumeración quice decir o relacionar "harapos" con "náhuatl". Creo que precisamente los ennumeré, para diferenciarlos. En todo caso, yo iba en unos harapos peores, el roto era yo.

¿Ya leíste el ensayo de Vargas Llosa sobre los liberales en Letrinas libres de este mes? Quizá debas hacerlo para ilustrarte y dejes de utilizar el término "neoliberal". Eso sí es una ofensa para este liberal.

Saludos.