18.4.05

Gay is out, queer is in (segunda y última parte)

Decir que se es gay, está out. En años muy recientes, para decir que no se tiene la misma preferencia sexual se dice queer. (O cuir como ya traducen los españoles). Queer, como gay, fue una palabra peyorativa que se tomó para revirar la agresión, es decir, las minorías sexuales le reasignaron otro significado. (Aunque queer [raro o marica] no es tan fuerte como bent [invertido o torcido] o faggot [puto]). Queer, sin embargo, es más ligth, es como “gay friendly” (amigablemente gay) o “proudly gay” (orgullosamente gay). Por ejemplo, en el nombre de una serie televisiva: Queer as folk es traducido como “Tan raro como la gente”. Queer, porque lo gay lleva implícito el combatismo del movimiento de liberación gay de la década de 1970 y lo queer quiere despojarse de eso (el propósito de lo queer, como el de estas líneas, no es calificar los innegables logros o los evidentes fracasos de dicho movimiento). Eso por una parte, por la otra, en una connotación más, con queer se quiere fomentar la diferencia sexual, y con base en esto, la persona no tiene problemas con las sexualidades de quienes pueden relacionarse fácilmente con otros sexos, incluyendo la suya. Por ejemplo, en la declaratoria del grupo G0ys de Miami, Flo.

El término “gay” simplemente encierra a un muy largo grupo y a la diversidad asociada a estereotipos. De hecho, cuando “el movimiento g0y” reclama la falta de un lenguaje que defina sus sentimientos y sus relaciones, se le olvida que ya existe lo queer y que bien pueden tomarlo para describir sus acciones.

Además, por si fuera poco, queer es utilizado, más comúnmente, en lo que se ha dado en llamar “Queer studies” o “Queer theory”: Estudios de sexualidades transgresoras, Estudios de la diversidad o Teoría queer. La más importante representante de este tipo de estudios es la estadounidense Judith Butler quien, por ejemplo, define a la heterosexualidad a partir de su autorepresión por la posibilidad del deseo homoerótico. La nota de la traductora, Maria Antònia Oliver-Roger, al libro Sexualidades transgresoras. Una antología de estudios queer (Barcelona, Icaria, 2002) es muy ilustradora en los tres sentidos de la palabra que ya he esbozado:

El adjetivo queer ha derivado en la forma sustantivada queerness y en el verbo to queer. La edición de 1994 del diccionario Oxford de inglés incluye varias acepciones. Como adjetivo, queer significa “raro”, “extraño”, “curioso”; en expresiones como to be queer in the head (estar mal de la cabeza), to be in queer street (estar agobiado de deudas), to feel queer (encontrarse mal o indispuesto), tiene un significado negativo. Como sustantivo significa “maricón”, “homosexual”, “gay” y lo hallamos en expresiones como queer bashing (ataques gratuitos a homosexuales). Queer es también un verbo transitivo; en la expresión to queer somebody’s pitch tiene la acepción de “jorobar” [molestar]. La forma adverbial queerly significa “de un modo extraño, raro” y la hallamos en expresiones como she looked at me queerly (me miró con cara rara). El substantivo queernes designa “lo raro, lo extraño”.


Más que queer utilizado como “maricón”, “homosexual”o “gay”, según la nota de Oliver-Roger, también puede describir a una lesbiana, a un transgénero, a un transexual y aún a un heterosexual que, siguiendo la lógica de Butler y en palabras de los g0ys, establezca una amistad con profundos sentimientos sexuales, incluso llegando a tener encuentros como tales, pero sin compartir del todo la sexualidad estereotipada del otro. Es decir, las personas queer se dan la oportunidad de erotizar indistintamente con otras personas de otras sexualidades.

Lo queer respeta, y en esa misma medida, ampara la individualidad y la identidad a partir de la sexualidad.

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